Sobre la hojarasca

El latido de tu corazón comienza a sofocarte. Sientes los violentos martillazos en el pecho. Tratas de controlar tu respiración, pero por más que te esfuerzas se te escapa del cuerpo como bufidos estruendosos y delirantes. Contrólate. Respira profundo. Tranquilo. Sin embargo, cualquier intento por serenarte naufraga en la excitación y el nerviosismo. Estás totalmente exasperado. Caminas lentamente con tus sentidos agudizados. Todos los sonidos estallan con una nitidez increíble en tus oídos. Comienzas a creer que estás haciendo mucho ruido y aún te quedan diez metros por recorrer para estar a buena distancia. Y tu aliento como una tormenta, y tu palpitar como un terremoto. Mas nada truena como la hojarasca bajo tus pies, bajo tus botas. Eres un cazador. Caminas lentamente sobre la hojarasca. Cinco metros más por recorrer. Debes llegar a esa roca grande para poder mampostearte. Y llegas. Y ahí está… con toda su belleza y esplendor, imponente, ocupando todo el universo y absorbiendo toda la existencia. Lo vislumbras detenidamente, casi perplejo; te desconcierta tanta inmensidad y hermosura. Por un instante olvidas la impetuosa fogosidad. Luego apuntas.

jueves, 5 de junio de 2014

Manual para defender la cacería en redes sociales


Las redes sociales son universos nuevos. Dentro de éstas, millones de personas cohabitan, se relacionan, pelean, interaccionan entre sí, para alcanzar múltiples y diversos objetivos o para entretenerse o por puro vil y simple ocio. Twitter y Facebook son mundos virtuales poblados por todo tipo de personas. El problema es que entre éstas, abundan los caníbales. Sí. Caníbales. El cosmos que conforman las redes sociales está plagado de antropófagos, bárbaros, rufianes, bribones, cuyo único propósito es devorar a individuos con ideas distintas a las de ellos—normalmente se trata de ideas simples, maniqueas y amorfas—. Una vez masticado y abatido el sujeto con pensamientos diferentes o contrarios al de las cruentas y feroces bestias, miles y miles de animales carroñeros le caen para engullirlo despiadadamente.

Claro está que también existen quienes aprovechan a Twitter y Facebook como plataformas para manifestar ideales, iniciar debates, fijar posiciones, argumentar sobre una u otra cosa. Ambas redes sirven magníficamente para promover ideologías políticas, promocionar un producto o fomentar un sentimiento colectivo. Es decir, tanto a una como a la otra red se le puede dar un uso positivo y eficaz, y en el ínter uno puede aprender y nutrirse intelectualmente. Siempre y cuando se logren esquivar las avalanchas de lenguaje soez y la rijosidad y el encono y la ira de los antropófagos odiadores. Sin embargo, esto no significa que se deben ignorar a estos brutos y mentecatos personajes; al contrario: al decir esquivar, me refiero a torear las embestidas necias y groseras de los rencorosos sandios. Porque solamente así se les puede cansar y eventualmente vencer. Es de suma importancia no permitir que la irracionalidad triunfe sobre la razón, ni en Facebook ni en Twitter ni en Instagram ni en ninguna otra parte.

Nosotros los cazadores somos uno de los blancos favoritos de estas alimañas virtuales. ¿Cuántas vorágines no han desatado fotografías en las cuales posa un cazador con su presa? Siempre que llega a circular una imagen relacionada con la cacería, detona la histeria colectiva, el ardor tuitero, el ímpetu iracundo en Facebook. Los odiadores, inmisericordes, arremeten lanzando dentadas y salivando contra el cazador. ¡Cobarde, asesino, psicópata, maricón, pitochico, puto, animal, homicida, sicario, maricón! Braman coléricos los caníbales en redes sociales. No porque tengan una idea sobre ambientalismo, sino por el sencillo hecho de zamparse a una persona. Y las amenazas de muerte se multiplican y las estupideces se repiten una tras otra y todo internet se apesta con el hedor a vísceras.

¿Cómo evitar el problema del canibalismo contra cazadores en las redes sociales? ¿Cómo promover, fomentar, defender, la caza regulada, legal y responsable en redes como Twitter, Facebook, Instagram? A continuación algunos consejos.

1.- No esconder la pasión de la cacería.

Se entiende que muchos cazadores, para evitarse el escarnio ramplón de los inmoderados antipáticos, prefieren dejar las fotos de sus cacerías para mostrarlas únicamente en privado. Es comprensible que a nadie le guste recibir toda clase de insultos y ser calumniado por el simple hecho de subir una fotografía posando con la valiosa y bella presa. Sin embargo, lo ideal es difundir las imágenes para provocar la tempestad maniática de los odiadores para así poder demostrar a todos los curiosos lectores quién cuenta con la argumentación y quién con la locura. La razón hay que ganarla, pelearla, disputarla.

2.- Subir fotos de cacería

Una foto polemizada, como lo vendría a ser la de un cazador con su trofeo, atrae la atención de un sinfín de usuarios en redes sociales. Lo que es lo mismo a incontables curiosos que quedan inmersos en la discusión y que acaban viéndose forzados a leer los argumentos y el debate entero que puede suscitar un retrato de la naturaleza que aquí se trata. Es decir, que el tratar con los haters puede tener como efecto secundario la persuasión de una persona serena, de mente y razonamiento abierto, dispuesto a informarse antes de emitir una opinión. Muchísimas personas, luego de leer un buen razonamiento en defensa de la caza, pueden acabar otorgando al cazador el beneficio de la duda, o incluso convenciéndose de los beneficios que esta actividad trae consigo misma.

3.- Entrar a todas las discusiones sobre cacería en redes sociales

No es raro para un usuario de redes sociales que guste de cazar que entre sus amigos en Facebook o seguidores en Twitter abunden los cazadores. Dicho esto, es común que el cazador se tope con otro de los suyos siendo atacado y vilipendiado por la jauría de loquitos. Cuando así suceda, se recomienda entrarle en defensa del compañero, para ampliar el debate o la discusión y aportar con nuevas ideas y opiniones, que pueden tener como fruto el convencimiento de los fisgones que anden por ahí merodeando, atraídos por la imagen o el comentario relacionado con la cacería.

4.- Respetar a la presa con la que uno se retrata

Todos los cazadores sabemos que parte esencial de la caza, momento de suma importancia durante una cacería es cuando, tras el esfuerzo y la perseverancia, posa uno junto a la presa finalmente abatida. Y como se dijo antes, no tiene nada de malo subir la foto del trofeo. No obstante, lo que resulta no solamente incorrecto, sino que poco ético, es posar con un animal con sangre, acomodado sin dignidad, con la lengua de fuera, con la herida reluciente. La fotografía debe honrar la caza. Tanto cazador como pieza deben retratarse relucientes, vitales, bellos, orgullosos. Cualquier acto distinto significa una falta de respeto a las personas, al animal y una provocación grosera e innecesaria para contra los antis.

5.- Nunca perder la paciencia frente al ignorante

Cuando un cazador se enfrasca en una discusión, en un debate o un simple intercambio de ideas, siempre existe la posibilidad de que cualquiera de las partes estalle por alguna razón. Es de suma importancia que en redes sociales, sin importar la llovizna de injurias que nos esté empapando, los cazadores debemos mantener la calma y siempre demostrar al resto de los usuarios mayor serenidad, conocimiento de causa, inteligencia y mejores argumentos que los detractores de este deporte.

En todo momento, el cazador debe confrontar la argumentación, la lógica, el razonamiento, la templanza, las ideas y la serenidad, contra el lenguaje soez, la diatriba, la falacia, la ofensa el perjuicio y la ignorancia de los odiadores anti cacería.

6.- Buscar apoyo de no cazadores

Siempre que uno debate acerca de la caza, un argumento que pesa, cualquiera que sea, es el de una persona que no disfrute ni guste de la cacería, pero que esté a favor de ésta. En redes sociales existen muchos biólogos que, sin ser cazadores, defienden las actividades cinegéticas por conocer perfectamente el impacto positivo que tienen éstas en el medio ambiente. En todo momento será de utilidad buscar el apoyo de hombres o mujeres así.

7.- Compartir y dar ‘Me gusta’ constantemente a contenido sobre caza

En redes sociales circulan enromes cantidades de citas bellas sobre cacería, imágenes de paisajes sublimes o de momentos familiares hermosos que se capturan durante un viaje de caza; asimismo, en Facebook y Twitter nos podemos topar con artículos de opinión a favor de las actividades cinegéticas, con estudios que prueban la importancia de este deporte en el mundo. Todo esto hay que compartirlo con nuestros contactos, dando al botón de compartir o al de retuit; también es fundamental dar likes a todo lo que encontremos relacionado con esta pasión. De esta forma podemos expandir el alcance del mensaje y multiplicar las posibilidades de detonar un debate, que tanto han de beneficiar a los cazadores si se logra debatir correctamente


En fin, se sostiene que solamente mediante la razón y la persuasión se podrá hacer una apología digna y merecida de la caza responsable, legal y regulada en redes sociales. Urge limpiar esta pasión de estigmas y prejuicios con los cuales algunos malintencionados o ignorantes la han envilecido. Esto, definitivamente no quiere decir que todos aquellos que no estén a favor de la cacería estén en lo incorrecto, equivocados o locos. Por supuesto que no. El conflicto es entre los antropófagos virtuales y los cazadores, que a diario son acosados por aquellos por el simple hecho de llevar a cabo un acto privado, lícito, regulado y legal, que últimamente se ha venido polemizando.

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